La aurora boreal es el fenómeno astronómico más bello de la tierra, origen de leyendas en la mitología escandinava desde tiempos ascentrales. Cuando las partículas (protones y electrones) transportadas por el viento solar a gran velocidad chocan con los átomos (hidrógeno y oxígeno) en la atmósfera de los polos, se produce una liberación de energía, cuyos efectos luminosos conocemos como aurora boreal.
Debido a su orografía de colinas bajas y bosques interminables, la Laponia, situada al norte de Finlandia, es una región idónea para presenciar auroras boreales en sus cielos despejados. El fenómeno se da con asiduidad durante septiembre-octubre y febrero-marzo, entre las nueve y las once y media de la noche.
Cuanto más hacia al norte, más asegurado está el espectáculo. Así que los puntos recomendados son Kilpisjärvi, Saariselka y Sodankyla, a cien kilómetros de Rovaniemi, la ciudad donde comienza el Círculo Polar Ártico. Si el tiempo acompaña, también se pueden ver auroras por el sur, incluso en Helsinki, la capital.
La Diosa del Norte
Las tonalidades verdes, amarillas y rojas de las auroras vienen provocadas por los átomos de oxígeno, mientras que las azules proceden de los iones de la molécula de hidrógeno. Entonces, la naturaleza converge en una gama de colores difícil de olvidar. En Noruega, los primeros vikingos la llamaron La Diosa del Norte.
No en vano, los pastores de renos, también conocidos como lapones o saami, la denominaron Ravontuli, Fuego de zorro. Según su leyenda, la aurora reflejaba las chispas que provocaban los rabos de los zorros al golpear la nieve en sus carreras por los montes de la Laponia.
Desde los famosos iglús de cristal se puede observar la aurora boreal. Aunque es cierto que acuden numerosas parejas japonesas, la mayoría no han oído hablar de la leyenda según la cual los hijos concebidos en noche de aurora están destinados a ocupar cargos de poder.
Durante los meses de noviembre a enero se producen en Finlandia las conocidas kaamas. Las horas de amanecer y de atardecer se alargan y se alargan, y la tierra queda envuelta en su velo luminoso. Hay periodos invernales en los que el sol no llega a salir, y los colores de la aurora boreal impregnan un cielo siempre nocturno. Noches Polares en las que se puede leer un libro a la luz de las estrellas, reflejada en la nieve que cubre como una manta pálida las colinas y la taiga, compuesta de abetos, pinos y abedules. Para los que no asocian las vacaciones exclusivamente con playas tan soleadas como colapsadas.
La Laponia. Finlandia
Hola,
ResponderEliminarhace mucho que no se actualiza esta página. Disfrutaba mucho de las noticias! Espero que el encargado retome pronto la tarea!
Un saludo