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Ölstafa


Como bien dije, este sábado me toco trabajar.. Pues bien, fue una noche con mucho trabajo, como cualquier bar/pub de Reykjavík, un sábado por la noche no cabe ni una alma (en especial en Ölstofa). Con mucho trabajo pero a la vez divertido, entretenido y con varias anectodotas que recuerdas al día siguiente al levantarte.

Pude comprobar, entre muchas cosas, que en Islandia empujar esta permitido y incluso esta bien visto. Esto ya me paso los fines de semana anteriores saliendo de fiesta que el juego de los empujoncitos es continuo, pero sin problemas. En España si empujas a según quien ya te están esperando en la puerta. Aquí no te dicen nada, aunque sea un armario, suelen estar en otro planeta por la noche con tanta cerveza o tanto Topas/Opal.

Las frases en islandés que me iban diciendo hacían la noche misteriosa y llena de incógnitas que después intentaba descifrar con poco éxito

Finalmente, cuando ya no quedaba casi nadie tocaba limpiar, incluso los vigilantes te ayudan en el trabajo y para rematar la faena unas buenas pizzas a cargo de los jefes, una cerveza y para casa que ya tocaba a las 7 de mañana.

Al llegar a casa nos encontramos con una mini fiesta organizada por nuestros compis franceses.. no terminaron hasta las 11 o algo así... vaya casa de locos!

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