Cuando te has pasado los tres primeros meses de vida en una guarida, el Ártico puede parecer un lugar frío y totalmente inhóspito. Así que un abrazo tranquilizador de mamá no cae nada mal. Estas imágenes tomadas en la costa de Alaska, en Estados Unidos, reflejan la ternura con la que una madre puede introducir a su pequeñín, un osito polar, al mundo exterior. La madre pasa unas tres semanas con su cría en la cueva de nieve, lo que le permite al cachoro aclimatarse a las duras temperaturas antes de que pase a conocer el hielo para aprender el arte de la caza de focas en el mar. Las fotos fueron tomadas por el ecologista Steven Kazlowski, de 40 años, quien estaba de gira por la región con un esquimal como guía, informó el Daily Mail. Kazlowski dijo que para poder capturar estas fotografías estableció un campamento a más de 2 mil kilómetros de distancia y construyó una barrera de nieve más cerca de la cueva para poder ver sin molestar a las crías, y luego esperó pacientemente a q...
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