El anuncio realizado por el grupo ambientalista Greenpeace de que en el pasado mes de noviembre zarparon del puerto japonés de Innoshima con destino a la Antártida tres barcos factorías de Japón que tienen como misión cazar mil ballenas en las aguas del Polo Sur, tuvo una inmediata repercusión en el senado chileno.La Cámara Alta del Congreso chileno aprobó una resolución para pedirle a la presidenta Michelle Bachelet que formalice una "enérgica protesta" ante el gobierno de Japón por la anunciada caza del millar de ballenas en las aguas del continente antártico.
La propuesta fue presentada por los senadores socialistas Jaime Naranjo y Juan Pablo Letelier, quienes en su exposición de motivos destacaron que desde los años ´80, cuando se instauró una moratoria a la caza comercial de ballenas, "los pesqueros japoneses han asesinado a más de 8 millones de ballenas con supuestos fines científicos. La misma conducta que realiza Islandia y Noruega".
La cacería anunciada por Japón tiene fines científicos, según justificaron las autoridades niponas. Sin embargo, los senadores chilenos solicitarán a la mandataria chilena, que además de la protesta formal, también procure una coordinación con otros países latinoamericanos, como puede ser el vecino Argentina con costas frente a la Antártida o países con bases científicas en el continente helado, como Uruguay, para denunciar ante los organismos internacionales e impedir la matanza de ballenas.
En el pasado año 2008, el Congreso de Chile ya había declarado como santuario ballenero a los 5 millones 300 mil kilómetros cuadrados de aguas jurisdiccionales chilenas. En consonancia con esta resolución, los senadores chileno piden al Poder Ejecutivo que haga cumplir las leyes del país e impida la caza no solamente en sus aguas, sino también en el Santuario Ballenero Austral que se encuentra en aguas internacionales.
Choque entre ballenero y anti-ballenero
En tanto frente a embajadas de Japón en diferentes partes del mundo se vienen registrando protestas, especialmente después de que se registrara uno de los peores incidentes registrado en años entre los balleneros japoneses y los anti-balleneros.
En los días previos a la Navidad, el arponero japonés “Shonan Maru No.2” y el barco “Ady Gil”, un catamarán ultramoderno de la organización defensora de las ballenas “Sea Shepherd”, pastores del mar, chocaran en las aguas del Atlántico Sur.
Los seis miembros de la tripulación del catamarán del grupo ambientalista fueron rescatados por la tripulación de otro barco de Sea Shepherd, el “Bob Barker” y tanto la organización ambientalista como los balleneros japoneses han iniciado una discusión sobre quien tuvo la culpa
Info: VOAnews
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