Las protestas comenzaron ayer al mediodía cuando unas 2.000 personas se concentraron ante la sede del Parlamento, que celebraba su primera sesión tras las Navidades, para pedir la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas, armando bullicio con sartenes y tambores, según la radio pública RVU.
El centenar de policías que protegían el edificio usó gases lacrimógenos para dispersar en varias ocasiones a los manifestantes, que lanzaron zapatos y rollos de papel higiénico contra la fachada.
Varios parlamentarios del partido Los Verdes abandonaron la sesión para unirse a la protesta en el exterior, informó el portal de internet Icenews.
Pasada la medianoche un centenar de personas permanecía junto a una hoguera con el propósito de continuar en la plaza frente al Parlamento hasta la sesión de hoy a las 13.30 GMT, aunque acabaron dispersándose horas más tarde, según la edición digital del diario "Morgunbladid".
El Parlamento sigue hoy protegido por la policía ante posibles nuevas protestas.
No es la primera vez que la policía recurre al lanzamiento de gases lacrimógenos para disolver a manifestantes furiosos que claman contra el Gobierno en los últimos meses, en los que se han sucedido regularmente las protestas de una población desencantada por la situación del país y la falta de asunción de responsabilidades.
Con el sector bancario nacionalizado después de su desplome, la moneda devaluada, la inflación disparada y un paro que supera el 40 por ciento, Islandia, que hace un año encabezaba la lista de países más desarrollados de la ONU, afronta una situación crítica, a pesar de los préstamos concedidos por el Fondo Monetario Internacional y otros países como los nórdicos, Rusia y Polonia.
Medios islandeses especulan con que el Gobierno solicitará el ingreso en la UE la próxima primavera. EFE alc/gc/ahInfo: El Confidencial
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