El agua cubre tres cuartas partes del planeta y compone una proporción casi equivalente de nuestro propio cuerpo. Podrías resistir más tiempo sin comer que sin beber agua. Es el líquido elemento, que muchas culturas consideran fuente de la vida, e incluso también muchos científicos, ya que todo indica que las primeras formas de vida eran submarinas. A lo largo de los siglos, el hombre ha convivido mejor o peor con el agua, ya sea en los mares, en lo ríos, en los pozos o en las fuentes, dando lugar a toda clase de historias, mitos y leyendas.
El fotógrafo Juan Carlos Sánchez de Lamadrid ha reunido en una misma exposición dos colecciones de fotografías sobre el significado y el tratamiento del agua en dos culturas y contextos tan alejados como Islandia, en el frío norte de Europa, y Mozambique, en la sabana africana. La fundación Tres Culturas (www.tresculturas.org) acoge en Sevilla esta colección desde el 19 de noviembre, a hasta el 18 de enero de 2009, disponible para todos los grupos de secundaria y bachillerato que quieran visitarla, ya por sí misma, a incluyéndola en la visita guiada al pabellón.
A través de estos dos recorridos tan diferentes, el fotógrafo ha tratado de descifrar los mitos relacionados con el agua y su vigencia hasta llegar a nuestros días, en contextos en los que el significado de la misma resulta muy diferente. En la parte dedicada a Islandia, veinte fotografías realizadas durante un viaje en el que el autor recorrió la isla, recoge imágenes de diferentes lugares, desde Reikiavik, la capital, donde viven casi tres cuartas partes de los habitantes del país, hasta el puerto de Hvalfjördur, donde se refugiaban los submarinos de la Segunda Guerra Mundial y tenían la base los balleneros islandeses.
La segunda parte tiene como protagonista a Mozambique. Al igual que en el caso de Islandia, el autor estuvo tres semanas viajando por el país, desde Maputo a Chupanga, donde murió de malaria la mujer del mítico explorador Livingstone, pasando por Beira, puerto de esclavos entre el siglo XVIII y XIX. Las fotografías tomadas en la antigua colonia portuguesa se disponen a modo de collage sobre una gran caja de luz.
Info: JOSÉ A. CANO - El Mundo
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